lunes, 11 de abril de 2016

El ciber acoso Escolar.


Las distintas agresiones que se producen entre niños y adolescentes, sean estas físicas, verbales o sociales, sabemos que siempre tienen un fuerte impacto en el psiquismo de la víctima y en oportunidades, también de los testigos, quienes muchas veces, por temor, no se animan a intervenir o denunciar.
La investigación nos muestra que, si bien estas violencias son conocidas por la mayoría de los alumnos, las califican de esporádicas, mientras que un porcentaje que varía según la edad y la región, entre un 3 y un 6 por ciento, manifiesta ser maltratado, intimidado, ridiculizado por algún compañero o grupo durante semanas, meses y en algunos casos por años.
Una encuesta que aplicamos a fines del 2005 a unos 6 mil estudiantes de entre 10 y 18 años de distintas provincias argentinas, reveló que el acoso escolar -ya estudiado en los países del primer mundo- es padecido también por nuestros alumnos. Pero, como si no tuviéramos suficiente con esta forma de violencia, desapercibida por los adultos y muy conocida por los alumnos, hoy debemos reconocer que los acosadores están aprendiendo a utilizar la tecnología para sus fines. Internet, la mensajería instantánea, los celulares, el correo electrónico, hacen que este tipo de violencia se potencie, se prolongue y complemente el efecto del acoso cara a cara.
 
Un estudio en el Reino Unido del portal de Internet MSN sobre 600 jóvenes de 12 a 15 años y sus padres aporta datos relevantes, centrados en el envío de correos electrónicos y mensajes instantáneos. Junto a un 11% de receptores de mensajes intimidatorios, un 44% afirma conocer a alguien que ha sufrido este tipo de acoso digital. Un 48% de los padres desconocía hasta ahora la existencia del acoso on line, y un 74% de los adolescentes afectados no lo había comunicado porque temían que sus padres, al enterarse, les impidiesen utilizar Internet.
En España, las cifras también son alarmantes, ya que según una encuesta de la asociación Protégeles aplicada a 2.000 jóvenes españoles de entre 11 y 17 años, un 19% había enviado algún mensaje de celular intimidatorio.
En Australia, Estados Unidos y Singapur, existen escuelas que han tomado medidas directas contra este tipo de mensajes entre sus alumnos. En Nueva Zelanda, en una encuesta a mil jóvenes (12 a 19 años), una cuarta parte denunciaba que había recibido mensajes intimidatorios y un 46%, que los había enviado. Nueva Zelanda afronta estos días el caso del suicidio de Alex Teka, una niña de 12 años, atribuido por la familia a los mensajes de texto (SMS) intimidatorios enviados por sus compañeras.
La principal diferencia entre el ciber-acoso y el presencial, es que los menores trasladan a Internet sus insultos y amenazas haciendo pública la identidad de la víctima en un foro determinado (blogs, websites), incluso facilitando en algunos casos sus teléfonos, de manera que gente extraña se puede adherir a la agresión.

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